El protagonista de esta historia, Rosendo, es un joven de doce años que, por un problema en sus cuerdas vocales, no pasa desapercibido entre sus compañeros de colegio.
Lautano, compañero dos años mayor que él, ha decidido hacerle la vida imposible.
En el transcurso de esta historia entraremos en el mundo de estos jóvenes cuyas vidas transcurren, aparentemente, en paralelo pero que sin embargo están fuertemente unidas. Uno en su papel de víctima y el otro en el de verdugo, nos muestran como las circunstancias personales, sobre todo la infancia, influyen para convertirlos en lo que hoy son.
La autora de esta novela, Lydia Carreras de Sosa, consigue dar al tema del Bulling un tinte diferente, trabajando a cada uno de los personajes que la conforman de manera genuina y realista. Consiguiendo una psicología completa del ambiente en el que se desarrolla una situación de acoso, sin olvidar el papel de padres y profesores.
Destacamos lo difícil que resulta demostrar el acoso, sobre todo cuando el acosador no responde al perfil de líder pandillero y de comportamiento conflictivo.
Os dejamos un pequeño pasaje del libro que nos muestra el perfil de este acosador:
“Cuando era más chico, durante la primavera, y quizá antes, en el jardín, les pegaba a sus compañeros. Los demás le temían y en las reuniones de padres siempre había alguien que mencionaba su nombre. Después de muchas sesiones en el plantel de psicólogos y pedagogos, el papá de Lautaro fue invitado a experimentar con otros ambientes educativos que pudieran ofrecerle el ambiente y condiciones que él necesitaba y bla ,bla, bla. Fue así que cambió dos veces de escuela hasta cumplir doce años.
Ahora no pega más. No necesitaba hacerlo.
Sonrió recordando la cacería de la biblioteca. El juego recién empezaba. Sólo estaba obligado a tener cuidado. Él no era un Bully cualquiera de esos que andan en pandilla. No. Eso era meterse en problemas. Lo que realmente le gustaba era elegir al sujeto con la mirada, acercarse despacio y ponerle la soga en el cuello, pero sin violencia. Había algo de cazador solitario y furtivo en esa ceremonia, algo de pasos lentos, de merodear de hostigar. Nada de golpes ni violencia física. Solo quebrar el ánimo y la resistencia hasta desmoronar a su víctima. Hasta que sintiese el abandono y la más completa soledad.”
Otros títulos de Carreras de Sosa:
"Las cosas Perdidad", "Si alguien te espera" "El juramento de los Centenera"
"Las cosas Perdidad", "Si alguien te espera" "El juramento de los Centenera"
