El libro que acabamos de leer en nuestro
club de lectura “Dónde crees que vas y
quién te crees que eres”, es uno de los mejores ejemplos de lo que actualmente
se entiendo como “Metaficción, es decir, incluir una historia de ficción dentro
de de otra historia de ficción. Por suerte el autor nos
echa una mano al escribir su obra utilizando distintos colores en la impresión
de sus páginas, diferenciando así las
historias y personajes que la conforman.
El protagonista de esta historia, un joven de quince años que acaba de perder a su
padre, se refugia en la lectura de un libro en el que pronto se verá atrapado.
“Bueno, pues llevaba
un rato en la habitación de mi padre cuando encontré el libro. Así de fácil:
estaba echando un vistazo por ahí y de repente apareció. En la portada había
una foto de un niño saltando una valla y encima estaba el título: Dónde crees
que vas y quién te crees que eres. Nunca antes lo había visto, pero me gusto
aquello porque, en realidad la vida de la mayoría de la gente consiste, hasta
que tienes más de veinte años, justo en eso, en que llevas todo el rato detrás de ti a alguien que, hagas
lo que hagas, te dice: Dónde crees que vas y quién te crees que eres.”
A nosotros también nos ha atrapado esta lectura y nos ha despertado
una gran curiosidad por conocer mejor la obra de estos tres grandes autores: Walter Scott, Hans Christian Andersen o Charles Dikens. Y ¿por qué? Pues pronto lo vais a descubrir si, como
nuestro protagonista, decidís abrir este
libro.