Corría el año 1792 y el joven estudiante Giovanni Conti llegó a
Padua para asistir a un curso con el ilustre profesor Giocomo Amadio.
Alessandra, una anciana que había
sido testigo de cómo le negaban hospedaje en la residencia de estudiantes, le
ofrece una habitación en su casa. Enseguida se sintió atraído por el patio de
un antiguo palacio que se divisaba desde su dormitorio. Días más tarde, cuando en la universidad le mandan
hacer un trabajo de investigación en el archivo histórico de la ciudad, él decide
hacerlo sobre dicho palacio, el Palazzo Balzani.
El misterio que envuelve a este
edificio “La leyenda de Beatrice Balzani”, “la que nunca murió” una mujer que desapareció sin dejar rastro
y que abandonó la existencia envuelta en la niebla del misterio, vive todavía
en el recuerdo de todos los habitantes de la ciudad. Y es esta leyenda la
que obsesiona a Giovanni hasta llevarle a las entrañas del Palacio en busca de la respuesta.
“En
la quietud de las altas horas de noche, Giovanni penetro sigilosamente en la
casa, a través de la ventana manipulada.
Escuchó
atentamente. Todo estaba oscuro y en calma. Era lo que necesitaba. Conocía lo
bastante el edificio como para moverse por él sin luz.
Tomándose
todo el tiempo necesario para cada peldaño, fue subiendo e tientas hacía la
planta alta. A cada momento se detenía, con el oído atento al menor ruido que
pudiera avisarle de algo. Queriendo evitar toda posibilidad de ser descubierto
por Alessandra.
Llegado
sin contratiempo al final de la escalera, pudo moverse a sus anchas. Arriba
también reinaba el silencio y la oscuridad. Avanzó hacía la puerta de la que
había sido su habitación. Se detuvo ante ella y escuchó.”
Esta lectura os enganchará en una aventura apasionante, con un final que
difícilmente podréis maginar. El autor de esta historia, Joan Manuel Gisbert,
es uno de los nombres más reconocidos en la literatura juvenil.
Después, su libro El misterio de la isla de Tökland (1981) que había obtenido el Premio Lazarillo de creación literaria en su edición de 1980, figuró en la Lista de Honor del Premio Andersen.
Su siguiente obra, Leyendas del planeta Thamyris (1982), fue declarada en 1983 Libro de Interés Infantil por el Ministerio de Cultura. Con El museo de los sueños (1984) obtuvo el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil. Por La noche del eclipse (1990) fue galardonado con el Premio Gran Angular. La voz de madrugada recibió el Premio Edebé en 1995.También ha conseguido en dos ocasiones el Premio Barco de Vapor, en 1990 con "El misterio de la mujer autómata", y en 2000 con "El mensaje de los pájaros", además de otros premios y distinciones de ámbito internacional.
Joan Manuel Gisbert trabajó como asesor en el mundo editorial. En la actualidad imparte cursos sobre la imaginación fantástica y participa en jornadas y encuentros de literatura infantil y juvenil y sobre los temas del arte fantástico.